Ciclando Asturias en las Cascadas de Xiblu |
Dani y Javi cargando las bicis |
Furgo a reventar |
¡¡¡Podríamos haber llevado cuarenta bicicletas!!! Aunque otra vez será. Je je je.
Después de cargar toda la impedimenta y de asegurar lo mejor posible las bicis, salimos en dirección a Proaza, donde dejaríamos el coche, que nos permitirá regresar a recoger los vehículos con los que subiríamos hasta el inicio de la ruta.
Llegada al aparcamiento del Hayedo de Montegrande. |
El camino comienza en el km 23 de la carretera del Puerto ventana, donde se encuentra un aparcamiento con el firme de tierra, que da acceso a la pista forestal, que en poco más de 4 km, nos llevaría a las Cascadas.
Antes de la batalla. |
Poco a poco el aparcamiento se fue llenando con nuestras monturas y a las 9.45 iniciamos, los catorce cicloteros, la marcha hacia el Xiblu.
Dani, yo, Cristobal y Fernando frente al cartel indicador de la ruta del Hayedo |
Indicaciones de las diferentes rutas. |
Lugar en el que dejamos las bicis |
La primera parte del trayecto, con pequeñas subidas y bajadas, no presenta ninguna dificultad. En poco más de 15 minutos, nos dejará en una encrucijada de caminos perfectamente señalizada, donde tras cruzar el río, por un puente de reciente construcción, tendremos que dejar nuestras monturas para acercarnos a las cascadas a pie.
A partir de aquí todavía se podía ascender un poco. |
La marcha hasta las Cascadas no llega a 1 Km, pero las rampas se van haciendo cada vez más empinadas hasta que, entre la espesura del hayedo, aparece una espectacular torrentera precipitándose al vacío.
"Los elegidos" |
Una espuma blanca recorre la roca en la zona central de la cascada y, un tapiz de musgo, cubre sus laterales con un montón de tonalidades verdes.
El paisaje es sobrecogedor. Las vistas de las cascadas desde abajo espléndidas. Todo invita a seguir ascendiendo hasta situarte baja la última cascada.
Minúsculas gotas, pulverizadas al aire desde las alturas, se posan delicadas sobre nuestra piel.
Los rayos del sol, se filtran juguetones entre el follaje, que en esta época del año cubre las copas de los árboles.
El rumor de las aguas, estrellándose en el suelo con estrépito, inunda de sonido la espesura.
Un aroma a bosque húmedo lo cubre todo.
En definitiva... un espectáculo para los sentidos.
Tras permanecer extasiados en este lugar y después de hacer cientos de fotos, tocaba recuperar nuestras monturas para seguir camino.
Una vez reagrupadas todas las unidades del grupo, iniciamos el descenso siguiendo la indicación de BRAÑA DE LAS NAVARIEGAS, pues nuestra intención era bajar, a través del hayedo hasta La Focella.
El camino hasta esta población estaba muy embarrado y nos hizo aguzar al máximo los sentido. Sin embargo, cuando el bosque nos dejó percibir el horizonte, se abrieron a nuestros ojos unas vistas magnificas del hayedo tevergano.
Además, la presencia de un riachuelo, que siempre es una invitación a la aventura, hizo las delicias de más de uno. Aunque también hubo otros que probaron sus frías aguas.
Esta zona de la geografía tevergana,
concretamente los pueblos de Focella, Páramo y la Villa del Sub, recibieron una serie de prevendas, a consecuencia de la historia que a continuación se relata, extraidas de la biblioteca virtual de Asturias. (http://www.bibliotecavirtual.asturias.es). Y por eso se conoce esta comarca con el nombre de El Privilegio.
«Pelayo Froylaz, señor de Páramo, de la Focella, y de otros
lugares en Asturias, fue muy rico y valeroso, y según se colige
del Privilegio que llaman del Páramo, parece que tuvo cargos
y oficios honrosos de este rey (Alfonso V), y que su cavallerigo
mayor, llamado Assemenide, con un falso testimonio, hizo que
el rey mandasse prender a Pelayo Froylez; y no pudiendo jus
tificarlo, le mandó soltar, dando al rey algunos vasallos suyos,
como en rehenes, entre los quales le dio un vasallo honrado,
que llama el privilegio Manulfo Bellido Oiyolís, el qual hizo
conocer de persona a persona a Assemenide, que avía sido fal
so testimonio lo que contra su señor avía dicho al rey; con lo
Abandonamos La Focella siguiendo una pista muy bien marcada que se encuentra al otro lado del pueblo y que en breve subida, nos situarà en un collado con vistas magnificas tanto hacia el Puerto Ventana, como hacia Teverga.
Nuestra intención, era descender hasta La Plaza, siguiendo un marcado camino que sale justo a la derecha, en el collado en el que nos encontrábamos. Así que comenzamos la bajada extremando las precauciones, pues esta es bastante empinada, pedregosa y embarrada. Pero al llegar al desvío que nos llevaría por el Camín Real de la Mesa hasta Teverga, decidimos no seguirlo y bajar directos hasta Cueva Huerta, pues el tiempo ya se nos echaba encima.
Desde aquí y, tras reagruparnos después de la técnica bajada que habíamos dejado atrás, iniciamos un rápido descenso por carretera hasta coger, ya en Teverga, la Senda del Oso.
Una vez en la senda, el grupo volvió a disgregarse, pues se bajo a buena marcha hasta Proaza, desde donde ya sólo nos quedaba coger el coche que habíamos dejado al subir, para recoger los vehículos que nos subieron al hayedo.
Pero eso si, antes de meterse en el coche... Una ración de aseo, que siempre viene bien...Je je.
Ruta preciosa, con paisajes magníficos y terrenos variados.
¡¡¡¡PURA BICICLETA DE MONTAÑA!!!!
El paisaje es sobrecogedor. Las vistas de las cascadas desde abajo espléndidas. Todo invita a seguir ascendiendo hasta situarte baja la última cascada.
Minúsculas gotas, pulverizadas al aire desde las alturas, se posan delicadas sobre nuestra piel.
Seve...Pablo...Javi...Dani...Agus...Fernando...Laura...Almu... Iván...Chus... Fernando Penin...Carlos... Cristobal...Berti... ........................... Sin palabras. |
Un aroma a bosque húmedo lo cubre todo.
Tras permanecer extasiados en este lugar y después de hacer cientos de fotos, tocaba recuperar nuestras monturas para seguir camino.
El grupo en La Focella |
Hayedo de Montegrande |
Fernando iniciando el vadeo. |
El camino hasta esta población estaba muy embarrado y nos hizo aguzar al máximo los sentido. Sin embargo, cuando el bosque nos dejó percibir el horizonte, se abrieron a nuestros ojos unas vistas magnificas del hayedo tevergano.
Además, la presencia de un riachuelo, que siempre es una invitación a la aventura, hizo las delicias de más de uno. Aunque también hubo otros que probaron sus frías aguas.
Laura lavando las zapatillas. Je je. |
Esta zona de la geografía tevergana,
concretamente los pueblos de Focella, Páramo y la Villa del Sub, recibieron una serie de prevendas, a consecuencia de la historia que a continuación se relata, extraidas de la biblioteca virtual de Asturias. (http://www.bibliotecavirtual.asturias.es). Y por eso se conoce esta comarca con el nombre de El Privilegio.
Villa del Sub |
«Pelayo Froylaz, señor de Páramo, de la Focella, y de otros
lugares en Asturias, fue muy rico y valeroso, y según se colige
del Privilegio que llaman del Páramo, parece que tuvo cargos
y oficios honrosos de este rey (Alfonso V), y que su cavallerigo
mayor, llamado Assemenide, con un falso testimonio, hizo que
el rey mandasse prender a Pelayo Froylez; y no pudiendo jus
tificarlo, le mandó soltar, dando al rey algunos vasallos suyos,
como en rehenes, entre los quales le dio un vasallo honrado,
que llama el privilegio Manulfo Bellido Oiyolís, el qual hizo
conocer de persona a persona a Assemenide, que avía sido fal
so testimonio lo que contra su señor avía dicho al rey; con lo
qual bolvió Pelayo Froylez a la gracia antigua, y se le restitu
yeron sus honras, y fue assim ism o después de este rey, muy
privado del rey D. Bermudo (III), su hijo, y alcangó dél la gra
cia del privilegio de hidalguía y libertad de toda servidum bre
p a ra su leal vasallo y todos sus descendientes, que h asta nues
tros días se guarda» (2).
En la salida de los tuúneles de Cueva Huerta. |
Abandonamos La Focella siguiendo una pista muy bien marcada que se encuentra al otro lado del pueblo y que en breve subida, nos situarà en un collado con vistas magnificas tanto hacia el Puerto Ventana, como hacia Teverga.
Nuestra intención, era descender hasta La Plaza, siguiendo un marcado camino que sale justo a la derecha, en el collado en el que nos encontrábamos. Así que comenzamos la bajada extremando las precauciones, pues esta es bastante empinada, pedregosa y embarrada. Pero al llegar al desvío que nos llevaría por el Camín Real de la Mesa hasta Teverga, decidimos no seguirlo y bajar directos hasta Cueva Huerta, pues el tiempo ya se nos echaba encima.
Reagrupándonos en Cueva Huerta. |
Javi relimpio. |
Una vez en la senda, el grupo volvió a disgregarse, pues se bajo a buena marcha hasta Proaza, desde donde ya sólo nos quedaba coger el coche que habíamos dejado al subir, para recoger los vehículos que nos subieron al hayedo.
Pero eso si, antes de meterse en el coche... Una ración de aseo, que siempre viene bien...Je je.
Ruta preciosa, con paisajes magníficos y terrenos variados.
¡¡¡¡PURA BICICLETA DE MONTAÑA!!!!
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