A veces, en plena ascensión, la dureza de las rampas nos obligan a meter la cabeza encima del manillar y nos conformamos con llegar arriba sin que nuestra frecuencia cardiaca supere los límites "razonables" y deseando que nuestro ritmo respiratorio sea lo suficientemente elevado para no tener que echar pie a tierra.
En otras ocasiones, son los descensos, excesivamente técnicos para nuestras posibilidades, los que nos hacen extremar las precauciones y fijan nuestra mirada apenas unas decenas de metros por delante de nuestra cubierta delantera.
Sin embargo, ELLOS están ahí: A la orilla del camino; encima de nuestras cabezas; en el fondo de los valles; en la ladera opuesta; en la siguiente curva... y solamente tendríamos que levantar nuestra mirada, para descubrir la belleza de los paisajes que nos ofrece nuestro particular Paraiso Natural.
Por eso he recopilado, de entre el todavia pequeño achivo fotográfico de CICLANDO ASTURIAS, alguno de los paisajes que se dibujaron en nuestra retina al paso de nuestras queridas monturas.
Bien bien, con videos así y con Paco de Lucia de fondo este blog tiene que tener visitas fijo.
ResponderEliminarHasta de Estados Unidos Andrés. Ya "semos" internacionaleees
ResponderEliminarEres un máquina, Pablo. Con "entre dos aguas" nos has emocionado...
ResponderEliminarSin lugar a dudas, es bueno ilusionarse y si a Paco de Lucía, le unimos los paisajes vividos por Asturias sobre dos ruedas, la combinación no puede ser mejor.
Eliminar