miércoles, 28 de noviembre de 2012

BUSCANDO CAMINOS

Uno de los caminos que recorrimos por primera
vez que une Picayu con Siones
Muchas de las rutas que recorremos, en nuestras salidas por la naturaleza, recorren caminos que fueron descubiertos poco a poco por otros ¨intrépidos¨ ciclistas que, sin miedo a equivocarse, se aventuraron a adentrarse en ellos sin saber a donde salían y, por lo tanto, arriesgándose a tener que dar la vuelta sobre sus propios pasos.

En esta salida, decidimos hacer de exploradores a nuestra manera y nos lanzamos, en busca de un camino, que había descubierto yo la semana pasada pero que no pude recorrer en su totalidad.

Así, que a la hora indicada y en el lugar de siempre, quedamos para salir por la senda de Fuso en dirección a  Trubia y a San Andrés.

Después de hidratarnos en Caces.
De izda. a dcha. Chus, Fernando, Yo mismo, Jonathan, Laura y Berti.






La Primera parada, casi obligada para repostar agua, la hicimos en la población de Caces, donde una rica fuente nos aprovisiona, habitualmente, del líquido elemento.


El grupo estaba formado, en esta ocasión, por Chus, Fernando, Jonathan. Laura, Berti y Fernando Penin.


Por cierto Laura, bienvenida a ciclando. Esperamos contar contigo en muchas ocasiones más.

Después de sobrepasar la localidad de Trubia, pero antes de llegar a San Andrés, sale a la derecha el camino que pretendíamos recorrer y que ya conocía yo en su primera parte. Este camino, sale en franca subida hacia... según nos dijo un ¨paisano¨ unas casas particulares.

¡Menuda decepción!

No obstante, decidimos seguir con nuestro plan de buscar una ruta nueva, así que dimos media vuelta y al llegar de nuevo a Trubia, cogimos una carreterina estrecha que nos pondría, después de una fuerte subida en el pueblo de Perlin.

A partir de este desvío, entrebamos en "lo desconocido¨.
Laura y Jonathan superando las últimas rampas en Perlín.
Al llegar a Perlín echamos un vistazo a ese GPS que nunca falla (paisano en la cuneta). Tras finalizar la consulta, seguimos atravesando este bonito pueblo sin tener muy claro si continuar hacia Pintoria o seguir hacia Picayu para pasar luego a Siones.

Y..,  al llegar al cruce, dos opciones: ¨pabajo y parriba.¨. Hay que fastidiarse con los adivinos.., de dos opciones nada, aquí siempre hay sólo una... PARRIBA.

Chus y  Fernando en Picayu

A algunos ya nos llegaba la lengua a los pedales, pero no quedaba más remedio que seguir subiendo.

Pedalada tras pedalada, fuimos llegando todos a la aldea de Picayu. El día era esplendido y, después de subir un buen rato, las vistas que se abrieron a nuestros ojos eran magníficas.

De nuevo tuvimos que preguntar para seguir nuestro camino, pues cada cruce era una quimera que sólo podíamos resolver con la ayuda de algún lugareño.
El grupo en la aldea de Picayu. Al  fondo, sobre el tejado, puede
verse el GPS última generación que usamos en este enclave.
Fernando ciclando entre Picayu y Siones
A partir de aquí, entramos en una nueva dimensión.

Abandonamos los caminos asfaltados y pudimos disfrutar de verdad, de la bicicleta de montaña en toda su esencia.

El camino que acabábamos de iniciar nos llevaría, no sabíamos en cuanto tiempo, ni con que pendiente, ni con que dificultad ni con que... al pueblo de Siones.

Así , que llenos de intriga, comenzamos a pedalear.

Nada más entrar en el sendero, nos dimos cuenta de que íbamos a disfrutar un montón. La hojas tapizaban el suelo y a nuestra izquierda se abrían unas vistas preciosas sobre la zona de Caces. Podía verse el Naranco, Oviedo, el Picu del Sol, al que subimos en la concentración btt Noreña y hasta la Sierra del Sueve con los picos Pienzu y Miruenu.

Al principio el camino es estrecho y llano, pero al poco, nos damos cuenta que la dificultad técnica es mayor de la que pensábamos.  El barro nos hizo bajarnos de nuestras monturas, pues hacía que las ruedas quedaran clavadas en él y las hojas, impedían que nuestros ojos descubrieran las piedras que  ocultaban, lo que hizo que algunos de nosotros nos acercáramos demasiado al suelo je, je.

Laura acercándose a Siones.
La zona más estrecha de todo el recorrido se ciclaba sin dificultad.




El camino se hacía cada vez más estrecho y en algunos lugares parecía que la vegetación nos iba a tragar. Sin embargo, la ciclabilidad  de esta zona fue total y superamos las estrecheces sin ninguna dificultad y disfrutando del amplio paisaje que se divisaba desde las alturas.





Chus mirando hacia Trubia y Grao. Al fondo Oviedo y el Naranco.


A partir de aquí pensábamos que todo sería bajada: primero hasta Siones, luego hasta Caces, un poco más adelante hasta Las Caldas y después ya en casi llano hasta Oviedo.

Sin embargo nada más lejos de la realidad.



Rellenando las contimploras en la fuente de Siones.
Al fondo Jonathan recogiendo castañas.


Mientras repostábamos agua en Siones, se me ocurrió la idea de volver por Bueño. Así podríamos recorrer el bosque que nos acercaría a Palomar y que ya habíamos recorrido en sentido contrario.

La decisión fue un acierto, pues aunque dos semanas antes estaba precioso, ahora las hojas tapaban completamente el camino y circular por él era como hacerlo sobre una "Sinfonía de Otoño¨.


Al inicio de la  pista que va de Palomar a Bueño.
Desde aquí, un tranquilo paseo hasta Bueño para, pasando por el castillo de la Zoreda, adentrarnos de nuevo en la Senda de Fuso,  que nos llevaría, en pocos minutos, de vuelta a Oviedo.

Un magnífico día de bici DESCUBRIENDO CAMINOS.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

CICLANDO BAJO LA LLUVIA.

Mono de bici
Pues si, la verdad, ya teníamos mono de bici. Así que este domingo me levante a las 8.30 y como vi que llovía mucho  metí en el "guasap" un a dormir,  pero con la secreta esperanza de que algún miembro del grupo contestara negativamente al mensaje.

Como no hubo respuesta, media vuelta y a seguir soñando.

Pero a eso de las 9.30 llega un mensaje de Oli que propone quedar sobre las 11 al principio de la senda.

Yo no lo dudo y me pongo manos a la obra: Sacar al perro, un buen desayuno y pies sobre los pedales que nos esperan dos o tres horas de bicicleta.

Así pues, a la hora indicada aparecemos en el Parque de Invierno Oli y yo dispuestos a emprender la marcha, pues nadie más confirmó su asistencia.
A veces no crujen las hojas

Decidimos seguir la ruta de Fuso hasta San Andrés, pues aunque en el momento de salir no llovía, el cielo no presagiaba nada bueno.

Al pasar por Caces nos encontramos con un "abuelo" experto en meteorología que nos dice: "A donde vais con esti día OOOH". "Vais mojavos".

Y la verdad es que no pasaron ni cinco minutos y empezó a diluviar.

Así que cuando llegamos a Trubia llevábamos una mojadura del quince y seguía lloviendo.

Decidimos parar a techo para ver si la cosa despejaba un poco y después continuar. Y en esta ocasión la suerte estuvo de nuestro lado y pudimos seguir adelante.
Esperando a que escampara

Oli con ruedas nuevas.


Todo parecía indicar que ya no llovería más, Así que reanudamos la ciclada la mar de contentos pues habíamos dejado atrás los nubarrones más negros.

Esta vez no era yo el de la comida familiar, así que no tenía prisa por llegar a casa. Pero mi compañero de salida tenía que estar a las 2 en Oviedo por... "comida familiar" je je.



Por eso, al llegar a San Andrés decidimos seguir hasta el puente de madera que cruza por encima de la carretera y dar la vuelta por el camino que discurre por el otro lado del río.
Camino de vuelta a San Andrés entre avellanos
Ciclando entre castaños.


Las zonas boscosas presentaban un aspecto espectacular.

Las hojas de los castaños tapizaban el suelo y los árboles presentaban una mezcla de colorido que iba del verde al rojo pasando por un surtido de marrones llenos de matices. Así que no pudimos resistirnos a sacar algunas fotografías.




El río, a su paso por Trubia presentaba una crecida espectacular.
El regreso lo hicimos a toda prisa, pues la nubes indicaban la llegada de más agua y.., además alguien que iba conmigo no paraba de decir que iba a volver a llover. 

¡Vaya por Dios!. ¡Segundo adivino del día!. Nada más llegar a Las Caldas, de nuevo a jarrear. Empezamos a acelerar el paso y llegar a Oviedo  llegamos, pero la mojadura ya sólo nos la quitaba una buena ducha.

De todas formas fue un estupendo día de bicicleta en el que pudimos disfrutar el paisaje, del deporte y... de la natación.

Ánimo para el próximo finde y recordar que:

CICLAR YE DE VALIENTES.

jueves, 15 de noviembre de 2012

PRIMERA NOCTURNA DE CICLANDO ASTURIAS

Parque de invierno. Inicio de la ruta.
La verdad es que pretender no lo pretendíamos, pero lo que esta claro es que lograr lo logramos...

Había quedado en el parque de invierno a las cuatro de la tarde con Chus, Fernando Penin y con Almudena, que era la primera vez que salía con nosotros.

Fernando, que ya había avisado de que llegaría un poco tarde, lo hizo acompañado por Jonathan, que también era la primera vez que se apuntaba a una salida de Ciclando Asturias.

Sol y buen tiempo





El día era espléndido. El cielo, azul, no tenía ni una nube y la temperatura rondaba los 16ºC, así que  ya estábamos todos deseando iniciar la marcha.

Como no teníamos mucho tiempo, decidimos seguir la senda hasta Trubia y desde allí, en función de como fuese avanzando el día, seguir un poco más o dar la vuelta.





Fernando y Almudena de mecánicos 

Pero antes de salir...revisión de frenos en la bici de Almudena.

Fernando no lo dudo dos veces y le apretó bien las zapatas pa que no pudiera correr mucho y dejarnos mal a todos.

Bueno, fuera de bromas, reparación de equipo y a ciclar.

Salimos los cinco con rodar tranquilo y en pocos minutos llegamos a la estación de la Manjoya.

La senda, que desde Oviedo hasta Fuso pica ligeramente en descenso, fue un paseo disfrutón encima de nuestras bicicletas.

Desde Fuso nos dirigimos hacia Caces, para lo cual, tuvimos que cruzar a la otra orilla del río pasando por  un puente colgante que, el año pasado, quedó deteriorado por las riadas, pero que actualmente ya está totalmente reparado.

En Caces teníamos dos opciones para bajar a Trubia: La primera nos llevaba por detrás de Casa Eleuterio y la segunda, que es la que escogimos, comienza subiendo hacia Siones y a unos 500 m se coge un desvío a la derecha que en aproximadamente 1,5Km. enlaza con la ruta normal.

Jonathan, Almudena, yo y Fernando
De nuevo rodar tranquilo hasta Trubia y... "¿Que, seguimos hasta San Andrés?"

"Que si ya es tarde, que si va a hacerse de noche, que si vamos a dejar lo más guapo..."

Así que decidimos seguir un poco más, pero en vez de seguir por la senda, lo hicimos por la pista que transcurre paralela al río.




Lugar desde el que dimos la vuelta

Esta opción es mucho más atractiva, pues lo habitual es seguir por la senda y al variar de ruta, el paisaje cambia por completo.

Como ya iba cayendo la noche decidimos dar la vuelta, pero antes y como viene siendo norma en cada salida... unas FOTOS, que luego presta veles.



La vuelta ya no es lo mismo, pues lo que para ir es todo cuesta abajo, ahora es todo para arriba. ¿Verdad Almudena...?

Llegada al Parque de Invierno en plena noche.

...Si, si. Lo Logramos... Logramos llegar al Parque de Invierno... ya en plena noche.

Pero la verdad ye que prestó un montón.

Estuvimos ciclando de noche más de media hora y aunque el frío ya era intenso disfrutamos como enanos.





Caras de satisfacción en el grupo que ya tiene pendiente otra salida nocturna.

¡Aaaah, se me olvidaba! Almudena, Jonathan  bienvenidos a Ciclando Asturias.


domingo, 11 de noviembre de 2012

¡¡¡¡POR TODOS LOS SANTOS!!!!


A la hora indicada en el lugar indicado: Berti, Fernando (el desaparecido) Chus, Julia , Fernando Penin, Tejo y  un espontaneo que no se como se llama.

¡Pues si! El día 1 de noviembre también se rueda por el  Principado. Esta vez, no se tenía muy clara la ruta. "Que si vamos pal Escamplero, que mejor pa Caces, que yo conozco una por Olloniego...", así que a darle a los pedales para ver a donde nos llevan las ruedas.

Un descansín en el camino pa relajar les piernes.
La decisión fue acercarse a Noreña pasando por San Estaban de las Cruces y la Grandota.

Al principio, ya se sabe: un poco de subida y después... más subida.

Las primeras rampas son por carretera, pero a la altura de la Capilla de Covadonga, se coge una desviación a la izquierda que nos llevará, superando alguna rampa con fuerte desnivel, a la base del picu de la Grandota.



Chus y Tejo ciclando entre avellanos


Los caminos por los que discurre la ruta en esta zona, están cubiertos de vegetación (avellanos, castaños,etc...) y aunque ya está muy avanzado el otoño, aún conservan el verdor estival. No obstante, la luz llega al suelo tamizada por las ramas, que ya han perdido parte de su frondoso follaje.





Algunos en cuanto ven una mesa ya quieren parar a comer.
Una vez situados en la zona alta del recorrido, la vegetación, exuberante en el valle, deja paso a grandes claros de bosque bajo y matorral, entre los que se pueden encontrar buenos ejemplares de robles como los que aparecen en la fotografía.
Demasiados comensales para una sola mesa


En este punto, nos encontramos con otros grupos de cicloteros que, aunque no hacían la misma ruta que nosotros, si que pasaban por este mismo lugar. Aquí, todos detuvimos la marcha pues este enclave es un mirador estupendo tanto del Concejo de Oviedo como de los Concejos de Siero y de Noreña.





A la Pasera hay uno que llegó más entero que los demás.
¿Quien será?

Desde aquí, una divertida bajada nos llevará a adentrarnos en el concejo noreñense y aunque nuestro olfato nos invitaba a detener la marcha, para saborear unas buenas raciones de callos y embutidos, decidimos seguir la ruta aplazando la pitanza para otra ocasión.
  ¿Quien sabe si para cuando estrenemos equipación?






Iglesia de Santa María de Cuclillos (Fozana)
Después de ciclar tranquilamente por caminos y carreteras del concejo de Noreña, nos adentramos en Siero y nos acercamos al municipio de Fozana, donde pudimos contemplar la Iglesia de Santa María de Cuclillos.


Iglesia de pequeñas dimensiones, de fuerte contenido rural al que se han unido elementos procedentes del neohistoricismo. En este caso se busca una aproximación a la tradición goticista con la incorporación de arcos apuntados en ventanas y puertas, también en la decoración (pequeños pináculos sobre la fachada) o en las bóvedas que cubren la nave, los brazos y la cabecera de remate poligonal.
Un extraño pórtico, con tramo central abovedado, complementa el carácter rural de la edificación.





Fernando, Chus, Berti y Julia 


Algunos, a estas alturas, ya no se tenían de pie. Je, je.

La parada que hicimos en esta iglesia dio para mucho, pero sobre todo, para charlar y para hacer fotos.
Desde este punto, ya sólo nos quedaba regresar a Oviedo.
Puente sobre el río Nora.



Pero,... como no podía ser de otra manera, nos detuvimos a orillas del río Nora para contemplar
sus aguas, hoy cristalinas, que antaño recorrían su curso cargadas de contaminación.



Fauna autóctona en el río Nora.



Gracias a la pureza del agua y a la riqueza vegetal, en este río asturiano se han creado unos ecosistemas  en los que podemos encontrar algunos ejemplares de fauna autóctona únicos en su especie.







Y esta la pongo yo por que están muy guapos.


¡¡¡Ya estamos deseando salir otra vez!!!