sábado, 6 de abril de 2013

POR LA GRANDOTA HACIA TUDELA VEGUÍN.

Oli y Berti contemplando el frondoso paisaje en los alrededores
 de Tudela Veguín.
Oviedo, capital del Principado de Asturias, esta rodeada de elevaciones de considerable altitud se mire a  donde se mire.

Por el norte está el Naranco, al oeste, un poco más alejada, la Sierra del Aramo y... por el sur-este, encontramos el pico de la Grandota, a los pies del cual, podemos disfrutar con unas vistas magníficas hacia Oviedo, Siero, Tudela  Veguín, Olloniego, y muchos otros puntos de la geografía asturiana.

El grupo preparado para subir hacia La Grandota.


El día se presentaba espléndido, pues el sol se dibujaba sobre el azul del cielo después de muchos día de lluvia.

Así que quedamos delante de la estación de renfe para salir, a eso de la 10,00 de la mañana, hacia  la Grandota.

Poco a poco fuimos cogiendo altura hasta acercarnos a la Hermita de Covadonga. En ese punto nos desviamos a la izquierda y, ya con el picu de la Grandota frente a nuestras cubiertas, seguimos cogiendo altura poco a poco.
De izda. a dcha. están, sentados, Cristobal, Fernando, Chus, Berti y Sergio
(Hijo de Tejo y,¡¡¡ segunda generación en Ciclando Asturias!!!).
De pie se encuentran Javi, Oli y el ya mencionado Tejo.
Después de pasar por debajo de la Grandota, empezamos el descenso hacia Tudela Veguín por un amplio camino, pero antes, nos detuvimos a reponer líquidos y a ingerir algún que otro hidrato de carbono.

Los caminos, embarrados por las últimas lluvias, dificultaban el paso de nuestras bicis.


Después de reponer fuerzas a base de líquidos y de frutas desecadas, continuamos nuestra marcha hacia Tudela de Veguín.

Sin embargo, y sin darnos cuenta, la bajada nos fue llevando...¡¡Hasta el Polígono de Riaño!!

Así que, atravesando la población de Frieres, nos dirigimos hacia Tudela Veguín.

Una vez en esta población, continuamos en dirección a Olloniego, pues nuestra idea era subir de nuevo hacia San Esteban de las Cruces por un camino que asciende desde Quintaniella por un precioso bosque hasta Santa María de Bendones.

En este trayecto, atravesamos las poblaciones de Anieves, Tudela de Agueria y Sotiello.

Tejo atravesando un puente para superar un arroyo.
Desde este punto, atravesamos la carretera general y nos adentramos en el pueblo de Quintaniella, el cual, abandonamos nada más entrar, por un camino que sale a la derecha, entre unas casa, y que nos adentraría, de inmediato, en el bonito bosque que veníamos buscando.

El camino, empedrado y con bastante agua, discurre en su primera parte, entre árboles frondoso, que en algunas ocasiones, forman túneles debido a la unión de sus copas. La segunda parte de este trayecto se hacía, hasta hace poco tiempo, por un camino con las mismas características del tramo por el que ciclabamos. Sin embargo, hace unos dos años, este camino se asfaltó, con lo cual se perdió una parte importante de la belleza que atesoraba.


Chus batiéndose con el barro del camino.
No obstante, las rampas que hay que superar para llegar a la iglesia de  Santa María de Bendones, son considerables y, a más de uno, se le atragantaron un poco, aunque con algo de paciencia las superaron sin dificultad.

La construción de esta iglesia no está bien definida en el tiempo ya que no se conserva ningún documento en el que quede reflejado el año de su construcción, pero gracias a su estilo la podemos datar dentro de la época del reinado de Alfonso II, debido a su gran similitud con otra obra prerrománica del municipio de Oviedo como es San Julian de los Prados.

Chus y Oli delante de la Iglesia de Santa Maria de Bendones.
Tiene planta rectangular, distribuida de la siguiente forma: Un pórtico de ingreso, que es triple y está formado por un arco de medio punto, pilares y contrafuertes, tras este pórtico descendemos hasta la nave de menor altura y más ancha que larga. La nave tiene al sur y al norte dos segmentos o capillas rectangulares, que a su vez están también a menos altura que la nave y el cabecero ó ábside con tres capillas. En esta capilla mayor se encuentra la ara prerrománica.





En el exterior del templo, en la esquina suroeste se encuentra una torre campanario de forma rectangular. También se ven celosías reconstruidas que iluminan a la nave central.

 Como otros templos prerrománicos también estuvo decorada con pinturas murales, pero desgraciadamente sólo se conservan pequeños restos sobre el arco situado en el lado sur de la iglesia y en la que se puede ver una espiga saliendo de una copa en colores amarillo y rojo silueteados en negro.

Tejo con su hijo SERGIO
Después de comtemplar esta joya del prerrománico astur, continuamos nuestra marcha hacia Oviedo, pues unas amenazantes nubes presagiaban unas fuertes lluvias, que a la postre, nos hicieron llegar a nuestros domicilios con una imponente mojadura.

Sin embargo, y a pesar de la lluvía, ya estamos esperando la próxima salida.....

Ah. Por cierto, SERGIO. Bienvenido a Ciclando Asturias. 

Y...Dile a tu padre que..., cuando los estudios te lo permitan, te traiga a ciclar con nosotros. Que tu siempre serás bien recibido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario