domingo, 14 de abril de 2013

GUANGA

Tejo a orillas del río Guanga contemplando una de sus cascadas.
Cuando alguien te pregunta por primera vez ¨¿Estuvíste en las Cascadas del Guanga?¨, lo primero que piensas, es que ya te gustaría a tí haber viajado por lo más recóndito del continente africano, siguiendo los pasos de quien sabe que explorador, que  en su día, recorriendo el curso del rio Guanga, descubrió unas maravillosas torrenteras que precipitaban al vacío en forma de magníficas cascadas.
Berti y Chus acercándose a la primera cascada
 de las 6 que forma este torrente


Sin embargo, cuando te explican que estas cascadas están a poco más de 20 Km de tu casa, toda la grandiosidad que te habías imaginado, se torna en tremenda indiferencia.

No obstante, la curiosidad, te deja una pequeña huella en el cerebro y.., cuando llegas a casa te lanzas a buscar en tu ordenador donde están esas maravillas de las que te han hablado y de las que tú no tenías ni la menor idea.
Berti


Cuando empiezas a ver las fotografías, aún te preguntas, con más insistencia, como es que no conoces ese precioso entorno. Y más,  cuando desde que tenías 5 años, tus padres te llevaban a recorrer todas las montañas, barrancos, sendas y demás espacios naturales de la geografía asturiana.

Así que... ¡¡¡la decisión está tomada!!!

A coger la bicicleta y para  LAS CASCADAS DEL GUANGA.

Tomando aolguna foto antes de iniciar el regreso
La primera vez que me acerque a este lugar, lo hice sólo. Nadie me acompañó aquella vez, pero para mí fue como un gran descubrimiento. Por fin había llegado a las famosas cascadas de las que tanto me había hablado.

La verdad es que se te arruga el corazón ante tanta belleza.
Chus en el camino entre Perlavia
y la primera cascada de Guanga.
¡¡¡Qué pena que haya que marchar!!!
Ahora ya podía hablar de este precioso lugar con conocimiento de causa y ya podía preguntar, con cierta ironía, aquello de que "¿Estuviste en las Cascadas del Guanga?"

Después de aquella primera vez, me toco relatar a varios amigos mi aventura y un buen día, un grupo de Ciclando Asturias, se lanzó a recorrer uno de los varios itinerarios que, desde Oviedo, nos acercan al torrente del Guanga.

En esta ocasión, y para evitar ciclar por enésima vez por la senda de Fuso, salieron por La Florida en dirección a San Claudio. Desde este lugar, se dirigieron a la poblaciön de Trubia, la cual atravesaron para, tras ciclar durante unos cientos de metros por la carretera AS-228, desviarse a la derecha por la AS-313, que une Trubia con Sama de Grao.

El primer objetivo era llegar al pueblo de Perlavia, para lo cual,una vez coronado el pequeño puerto que separa las dos poblaciones antes citadas, hay que desviarse a la izquierda.
Berti y Fernando, en pleno esfuerzo.
Fernando por los Caminos del Guanga.
Berti
 Este pueblo hay que atravesarlo entero para, al final del mismo, adentrarse por un sendero que recorre un bonito bosque caducifolio, que en esta época del año permite ver, entre su enramado, el valle del Trubia que se extiende a nuestros pies.

Desde aquí, se divisa la Sierra del Aramo, la Zona del Puerto Ventana y, justo debajo de nosotros, el pueblo de San Andrés.
 Así que tras hacer un alto en el camino para disfrutar de estas magníficas vistas, continuamos nuestra ruta  por un sendero que, tras las copiosas lluvias que regaron nuestra geografía los últimos días, presentaba un aspecto francamente...H U M E D O.
Chus y Fernando sorteando "el camino"

Tejo en pleno baño y Berti preparado...












Pero una vez superadas todas las dificultades, ante nosotros se abría el espectáculo del Guanga.

El aspecto que presenta el bosque en esta época del año es sobrecogedor.
El agua fluye cantarina por todos los arroyos, el musgo tapiza el sotobosque tiñendo de verde todos los rincones, la luz, que se filtra entre el ramaje, ilumina el entorno llenándolo de claroscuros, en definitiva,
LA NATURALEZA EN ESTADO PURO NOS RODEA.









Pero el inexorable paso del tiempo, hace que nuestros sentidos, salgan de su estado transitorio de ensoñación, para volver a la realidad de nuestra existencia.

Teníamos que regresar. Abandonar este mundo mitológico de xanas y busgosus y seguir al nuberu de vuelta a casa.

Así que para el regreso, intentamos buscar un nuevo camino que nos devolviera sin mucha dificultad a Perlavia.

Pensamos que lo mejor sería utilizar ese GPS al que tantas veces recurrimos con éxito en anteriores travesías (paisano en la cuneta).
Pero esta vez, nuestro mejor recurso en otras ocasiones para encontrar la ruta, falló estrepitosamente y nos metio en un lio de primera magnitud.
Berti siguiendo el "camino" que nos marcó el "GPS"

Nos señaló, como opción más adecuada para el regreso. un bonito camino por el que "pasaba todo tipo de vehículos".

Así que haciendo caso de sus indicaciones... a seguir el camino señalado.

La senda en cuestión era un pedregal por el que descendía un...TORRENTE... que nos llevó casi una hora recorrer, ¡¡¡CAMINANDO AL LADO DE NUESTRAS BICICLETAS!!!.

Varios intentos de descender ciclando, provocaron una avería en el cambio de Fernando y por consiguiente, terminaron con los maltrechos huesos de nuestros amigos en... LA ESTACIÓN DE TRUBIA a eso de las 15,30 de la tarde.
Las embarradas piernas de Chus


Llamando por teléfono para tranquilizar al personal.












Estación de Trubia











Fueron un montón de horas, pero sin lugar a dudas, el esfuerzo había merecido la pena.

Ya en casa, toco relatar la aventura, mientras en nuestras mentes ya se dibujaba la próxima salida.

2 comentarios:

  1. Menuda aventura... por fiarse del GiPieSe.
    Me alegro de haberos encontrado en la marcha de Oviedo.
    Salud y pedal, compañeros

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  2. Lo mismo te digo. A partir de ahora gijónenbici será una nueva ventana por la que asomarse al mundo de la bicicleta para nosotros. Nos veremos por los caminos...
    Un saludo.

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