domingo, 17 de marzo de 2013

ESQUIANDO POR PEDROVEYA

Horreo en Pedroveya.
¡¡Que ganas de rodar por la nieve!!

Después de las últimas nevadas, un manto blanco cubre las montañas que rodean Oviedo.

 Desde la ventana de casa se puede ver todo nevado... El Naranco, el Aramo, toda la zona de Grao... En definitiva, un reclamo para nuestra retina y para nuestras piernas.

La previsiones meteorológicas no eran buenas, así que no pensamos ni en ir a esquiar, ni en ir a montar en bici. Pero a eso de las 23,15 recibo un "güasap" de Fernando diciendo que no va a llover hasta las dos de la tarde. No obstante, permanezco escéptico y espero acontecimientos.
Fernando Penin con la Mostayal a sus espaldas.

Por la mañana me levanto y al mirar por la ventana, veo que efectivamente el suelo permanece seco. Me lo pienso un poco y.., a vestirse de ciclista.

Llego tarde al punto de encuentro y nadie contaba conmigo, pero como se que siempre se alarga el coloquio, todavía llegué a tiempo.

Nada más llegar propongo subir hacia algún lugar que nos permita rodar por la nieve y sugiero ir hacia Pedroveya, pues había visto en TVE que por allí todavía había bastante nieve.

Ciclando hacia el pueblo de Labarejos.


Así que salimos de la estación de RENFE en dirección a Bueño, pueblo ejemplar asturiano famoso por sus abundantes y conservados hórreos.


No obstante y antes de llegar a esta población, cogimos un desvío a la izquierda, justo enfrente de la Casa del Hórreo, que pasando por delante de la central térmica nos llevaría al pueblo de Palomar.


A partie de aquí comenzaríamos una larga y continuada ascensión que poco a poco iría haciendo mella en nuesrtras piernas.


Berti y yo en primer plano
con Pedro al fondo
El grupo acercándose a Peñerudes.

El primer objetivo del día era acercar nuestras monturas al pueblo de Peñerudes y una vez allí, decidiríamos si continuábamos hacia Pedroveya o bien optábamos por ascender al Mirador de la Mostayal siguiendo las indicaciones de Dani, que era el que conocía el recorrido.

 Pero una  vez en Peñerudes, elegimos ciclar por el camino que ninguno del grupo había recorrido anteriormente, es decir, el que recorre la ladera del Picu de la Mostayal en dirección al objetivo que nos habíamos marcado al principio de la jornada.
Pedro y Javi con el Torreón que vigila, desde las alturas,
el pueblo de Peñerudes.


A partir de aquí nos encontramos con las mayores rampas de toda la jornada.

 Al principio ciclamos sobre asfalto, que nos permitió alcanzar altura con facilidad. Pero más adelante, el asfalto dio paso a una pista de hormigón, que se fue poniendo cada vez más empinada, hasta que en algunos momento, la rueda delantera de nuestras monturas perdía contacto con el suelo.
Acercándonos a
la nieve.


La pista que recorre la ladera de la Mostayal, presenta un firme
en muy buenas condiciones y nos permitió ciclar sin dificultades.
En definitiva, una buena opción para la estación invernal.
Esta zona hormigonada, termina
en una rudimentaria "portilla", fabricada con unos cuantos palos y varios metros de alambre, que da paso a una pista de tierra, que en suave ascenso nos iría acercando a nuestro objetivo del día: CICLAR POR LA NIEVE.

Dani en pleno descenso níveo.


Berti llegando al punto más alto del recorrido.
¡Por fin!... Ya podíamos rodar por el manto blanco que el generoso invierno dejó sobre las montañas.

¡¡¡Qué gozada!!!


Casi no sentíamos frio, pues la subida continuada, hizo que nuestra temperatura corporal se mantuviera alta y, además ,el subidón de adrenalina que teníamos, no nos permitía parar un momento.


Circular por la nieve con un vehículo de dos ruedas resulta difícil.

Si a eso unimos que el firme que hay debajo del manto níveo es irregular, resulta aún más complicado.

Y si a eso unimos el subidón que llevábamos todos, resulta casi imposible.

Sin embargo y, no sin dificultad, todos fuimos superando los obstáculos disfrutando como nunca sobre nuestras "trotonas".



Javi..."¡¡¡¡Vaya díaaaa!!!!










                     Y ...    Por fin...


                  P E D R O V E Y A...








¿Os acordáis de lo bien que sabe un CAFE DE POTA?

Pues eso es lo que nos esperaba en este bonito lugar...¡Un riquíiiisimo café de pota!


¡Que bueno estaba!

 Ya sólo nos quedaba el regreso a casa, que hicimos en un vertiginoso descenso hasta Argame donde alcanzamos velocidades de cerca de 70 Km/h, como bien observó Fernando..

Ahora a esperar la próxima nevada, pues nosotros,


                                               ¡ya estamos preparados para lo que sea...!




Pedro, Fernando, Berti, yo, Dani y Javi (tras el objetivo).
disfrutando de un grandioso día de btt.


lunes, 11 de marzo de 2013

AL CUARTEL DEL LLUGARÍN. NARANCO.

Cuartel del Llugarín. Ladera norte del Naranco.
En la ruta de hoy nos dirigimos en busca del CUARTEL DEL LLUGARÍN,  en la ladera norte del Monte Naranco.

Según Jose Luis García López del Vallado, en su libro "Restos históricos y etnográficos en el Naranco",  dicho campamento militar fue construido, probablemente     , en torno  a 1916.

El cuartel aparece parcialemente cubierto de vegetación.

Sin embargo, Victor Montes, "montañero y restaurador de las antigüedades del Naranco", sostiene que la construcción de este acuartelamiento corresponde a las tropas Carlistas.

De todas formas y sin haber acuerdo sobre la fecha de su construcción, nosotros dirigimos nuestras monturas hacia este emblemático e histórico edificio de 60 metros de largo por 20 de ancho, que ha sido rescatado de entre la vegetación, a base de trabajo y paciencia por Victor Montes.

Estado en que se
encuentra el edificio






Escudo de Armas sobre una de las
puertas de acceso al cuartel.
De todas formas, ahora,  si la cantera no lo impide, todos podemos disfrutar contemplando la historia que estas ruinas pétreas atesoran tras sus muros, en los que todavía se pueden contemplar antiguos escudos de armas.
Chus posando para el fotógrafo antes de enfrentarse a una dura subida.


Después de reunirnos todos en...enfrente de la Estación de Renfe.
Si,  ya se que no es el lugar habitual, pero en esta ocasión, es que un ciclotero nuevo se acercaba a nuestro grupo, así que por facilitar el encuentro se cambio el sitio de "quedada". De esta Forma, Cristobal no tuvo ningún problema para llegar.

La salida transcurrió por la ladera este del Naranco, para ir acercandonos poco a poco a su lado norte, donde se encuentra la cantera de Aceralia.

Cristobal en su primera salida con
Ciclando Asturias.


Dentro de los terrenos pertenecientes a esta empresa, es donde se encuentra ubicado el Cuartel del Llugarín, lugar al que se dirigían nuestras pedaladas.

Prisa, lo que se dice prisa, no teníamos, pero es posible que, ante las ideas de expansión que se tienen de esta cantera, más tarde o más temprano no podamos disfrutar de este enclave histórico de la ciudad de Oviedo.

Por cierto Cristobal, bienvenido a esta tierra y como no bienvenido a Ciclando Asturias. Contamos contigo para nuevas salidas... No te olvides...
Lugar ocupado por la antigua cantera. La actual explotación de
aceralia se encuentra más elevada.

El acuartelamiento, se encuentra justo por debajo de esta explotación de minerales, que provoca, en cierta medida una contaminación visual de esta zona de la montaña. Está casi tapado por la vegetación y resulta un poco difícil de encontrar si no se sabe llegar a él.  De hecho, hay muchos ovetenses que desconocen su existencia.
Fernando refescándose en
un arroyo.

El camino recorrido hasta este enclave, discurre por una zona boscosa llena de riachuelos que fluyen cantarines como consecuencia de las abundantes lluvías caidas durante este invierno.

 El suelo del bosque, tapizado de vegetación, sirve de cuna a innumerables  troncos cubiertos de musgo, que yacen tranquilos después de una larga vida.  En definitiva, un paisaje bucólico en el que podríamos haber encontrado alguna bella Xana o a algún escurridizo Busgosu propios de la mitología asturiana.

Indicación hacia el Cuartel del Llugarín.





En el camino, encontramos desperdigadas algunas indicaciones con la dirección a seguir. De esta forma, en pocos minutos nos encontramos en los alrededores de nuestro objetivo de esta semana.


El grupo en San Miguel de Lillo.
De izd. a decha Cristobal,Fernando,
Tejo y Pedro
Una vez en el acuartelamiento y después de disfrutar de este magnífico lugar, seguimos ascendiendo hasta el Picu del Paisano, lugar por el que toda buena ruta por el Naranco debe pasar y desde alli, descenso por alguno de los infinitos caminos que nos traerían de vuelta a Oviedo para comenzar a pensar en la próxima salida.
Picu´l Paisano
Bici lavados Tejo después de ser traspasdo a  Lavados Chusfer.
Como puede verse, menos agua y más cachondeo.