Horreo en Pedroveya. |
Después de las últimas nevadas, un manto blanco cubre las montañas que rodean Oviedo.
Desde la ventana de casa se puede ver todo nevado... El Naranco, el Aramo, toda la zona de Grao... En definitiva, un reclamo para nuestra retina y para nuestras piernas.
La previsiones meteorológicas no eran buenas, así que no pensamos ni en ir a esquiar, ni en ir a montar en bici. Pero a eso de las 23,15 recibo un "güasap" de Fernando diciendo que no va a llover hasta las dos de la tarde. No obstante, permanezco escéptico y espero acontecimientos.
Fernando Penin con la Mostayal a sus espaldas. |
Por la mañana me levanto y al mirar por la ventana, veo que efectivamente el suelo permanece seco. Me lo pienso un poco y.., a vestirse de ciclista.
Llego tarde al punto de encuentro y nadie contaba conmigo, pero como se que siempre se alarga el coloquio, todavía llegué a tiempo.
Nada más llegar propongo subir hacia algún lugar que nos permita rodar por la nieve y sugiero ir hacia Pedroveya, pues había visto en TVE que por allí todavía había bastante nieve.
Ciclando hacia el pueblo de Labarejos. |
Así que salimos de la estación de RENFE en dirección a Bueño, pueblo ejemplar asturiano famoso por sus abundantes y conservados hórreos.
No obstante y antes de llegar a esta población, cogimos un desvío a la izquierda, justo enfrente de la Casa del Hórreo, que pasando por delante de la central térmica nos llevaría al pueblo de Palomar.
A partie de aquí comenzaríamos una larga y continuada ascensión que poco a poco iría haciendo mella en nuesrtras piernas.
Berti y yo en primer plano con Pedro al fondo |
El grupo acercándose a Peñerudes. |
El primer objetivo del día era acercar nuestras monturas al pueblo de Peñerudes y una vez allí, decidiríamos si continuábamos hacia Pedroveya o bien optábamos por ascender al Mirador de la Mostayal siguiendo las indicaciones de Dani, que era el que conocía el recorrido.
Pero una vez en Peñerudes, elegimos ciclar por el camino que ninguno del grupo había recorrido anteriormente, es decir, el que recorre la ladera del Picu de la Mostayal en dirección al objetivo que nos habíamos marcado al principio de la jornada.
Pedro y Javi con el Torreón que vigila, desde las alturas, el pueblo de Peñerudes. |
A partir de aquí nos encontramos con las mayores rampas de toda la jornada.
Al principio ciclamos sobre asfalto, que nos permitió alcanzar altura con facilidad. Pero más adelante, el asfalto dio paso a una pista de hormigón, que se fue poniendo cada vez más empinada, hasta que en algunos momento, la rueda delantera de nuestras monturas perdía contacto con el suelo.
Acercándonos a la nieve. |
La pista que recorre la ladera de la Mostayal, presenta un firme en muy buenas condiciones y nos permitió ciclar sin dificultades. En definitiva, una buena opción para la estación invernal. |
en una rudimentaria "portilla", fabricada con unos cuantos palos y varios metros de alambre, que da paso a una pista de tierra, que en suave ascenso nos iría acercando a nuestro objetivo del día: CICLAR POR LA NIEVE.
Dani en pleno descenso níveo. |
Berti llegando al punto más alto del recorrido. |
¡¡¡Qué gozada!!!
Casi no sentíamos frio, pues la subida continuada, hizo que nuestra temperatura corporal se mantuviera alta y, además ,el subidón de adrenalina que teníamos, no nos permitía parar un momento.
Circular por la nieve con un vehículo de dos ruedas resulta difícil.
Si a eso unimos que el firme que hay debajo del manto níveo es irregular, resulta aún más complicado.
Y si a eso unimos el subidón que llevábamos todos, resulta casi imposible.
Sin embargo y, no sin dificultad, todos fuimos superando los obstáculos disfrutando como nunca sobre nuestras "trotonas".
Javi..."¡¡¡¡Vaya díaaaa!!!! |
Y ... Por fin...
P E D R O V E Y A...
¿Os acordáis de lo bien que sabe un CAFE DE POTA?
Pues eso es lo que nos esperaba en este bonito lugar...¡Un riquíiiisimo café de pota!
¡Que bueno estaba!
Ya sólo nos quedaba el regreso a casa, que hicimos en un vertiginoso descenso hasta Argame donde alcanzamos velocidades de cerca de 70 Km/h, como bien observó Fernando..
Ahora a esperar la próxima nevada, pues nosotros,
¡ya estamos preparados para lo que sea...!
Pedro, Fernando, Berti, yo, Dani y Javi (tras el objetivo). disfrutando de un grandioso día de btt. |